sábado, 1 de octubre de 2011

Bella hasta roja.

Te envidian las flores más bellas
a ti mi preciosa rosa roja.
Eres tú la más bonita de ellas
por que tus pétalos nunca se deshojan.

Y ahora las gotas de lluvia
te hacen más bella si cabe;
quita el polvo que mis ojos cubría
y me hizo ver que tú eras la clave.

El secreto de la felicidad eterna,
el azar diario esperado,
son tus palabras mi única condena
que cumplo a todas horas encantado.

Mi castigo se debe a mi osadía:
a cada una de las miradas,
a haberte saludado aquel día
gracias a unas amigas inclinadas.

Bendigo el momento que las conocí
por que son todas maravillosas,
pero finalmente a ti te escogí
y sin duda eres la mejor de todas las rosas.

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